martes, 12 de junio de 2012

SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS

¿A qué viene esa mala cara? Estás enfadado, harto, asqueado y ya no tienes muchas ganas de aguantarlo más, al fin y al cabo sólo tenemos esta vida y la estamos regalando a aquellos que viven a nuestra costa. Por fin te has dado cuenta de que todo era mentira y es que las mentiras son como los cadáveres en los ríos: tarde o temprano salen a flote y ahora están reflotando muchos cadáveres putrefactos. Resulta que ahora ves que tanta gente indignada tenía razón y que no era una conspiración como proclamaba, con la chulería que la caracteriza, la Sra. Aguirre, que no es que la culpa fuera nuestra por haber pretendido vivir por encima de nuestras posibilidades, todas esas excusas para justificar las barbaridades que están estrangulando la economía y destrozando la vida de miles de personas, ya no son válidas. Resulta que sí, que el problema ha sido siempre un problema financiero. Dejémosles actuar, decías, las reformas traumáticas son necesarias, los recortes también lo son y los bancos, los pobres, necesitan una ayuda. Pues ahí los tienes y no es por dar la brasa, pero hace un año que te lo vengo diciendo: nos toman el pelo. Así que abre los ojos, recíclate y dirige tu ira contra quienes la merecen. Contra los políticos que, si unos nos llevaron a la ruina por lo que no se atrevieron a hacer, los otros nos están llevando a la desesperación por lo que hacen (su futuro se autodestruirá en 5, 4, 3, 2…). Esas reformas laborales que lo único que han conseguido es que haya menos gente trabajando y los que trabajan lo hagan sin ningún tipo de incentivos, vamos, con muy poquitas ganas. No ha habido más contrataciones porque, a ver, si un empresario tiene cinco trabajadores, es fácil despedir a tres y que los dos que quedan hagan todo el trabajo. ¿Qué no te gustan las galeras? Pues deja el remo y salta por la borda. Ahí tienes, una reforma que ha creado una legión de parados “delincuentes” que para sobrevivir o trabajan en negro o se buscan la vida como pueden y donde pueden sin plantearse siquiera la competencia desleal, que en su situación es un lujo. Políticos irresponsables y caraduras que gozan de una vida laboral que nos niegan a los demás, que cobran todos los meses por hacer mal su trabajo. Gestionan pésimamente las autonomías, mienten en su déficit y encima lo hacen con chulería, así, mirando por encima del hombro. Se acusan entre ellos de trapicheros, pero no llega la sangre al río, ya ni se molestan en cambiar el collar: los mismos perros con los mismos collares (eso sí, collares de marca). Políticos con la mordaza en la mano prestos a usarla en cuanto nos quejamos, acusando a diestro y siniestro de extremistas y antisistemas y si aún así no te callas te mandan a los antidisturbios para que celebren contigo las “porras de plata”. Redes políticas que se entrelazan con las financieras: ya no distinguimos muy bien quién es quién, porque ayer te montaban una incursión en Irak y hoy te hunden Bankia. Cuando están en el gobierno les dan nuestro dinero a los bancos (o los nacionalizan hasta sanearlos, 7500 millones de € va a costar la broma), quizá porque cuando acaben su mandato irán a esos mismos bancos a labrarse un futuro perfecto… y si no es perfecto, pues a dimitir con indemnizaciones de 1 millón de € y nada de investigar malas gestiones. Y déjame de que las ayudas a los bancos eran para incentivar el crédito porque ¿conoces a alguien a quién le hayan dado un crédito en dos años?, si sólo les falta pedirnos las toallas y cuberterías que nos dieron al abrir un plazo fijo. El que la gran mayoría se empobrezca para que esa minoría oligárquica siga manteniendo sus privil egios les importa un bledo, como no les importa el que miles de pequeños empresarios tengan que cerrar sus negocios mientras la facturación de las tiendas de lujo sube en progresión aritmética. Va a ser que la pasta es como la energía: ni se crea ni se destruye, sólo cambia de manos y a nosotros nos las están vaciando para llenar otros bolsillos. Así que, colega, tú ni caso de lo que digan porque mientras piden “sangre, sudor y lágrimas” para salir de la crisis, tienen la precaución de callarse que esa sangre, ese sudor y esas lágrimas van a ser las de los de siempre. Nos vemos.

jueves, 22 de marzo de 2012

EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES


“El trabajo os hará libres”, o eso parecen querer vendernos en este momento, aunque con la bromita yo creo que no se ríen con nosotros, sino de nosotros.

Parece que retrocedamos en el tiempo en una máquina infernal, y es que no puedo creer lo que se está intentando hacer para sacarnos de este círculo vicioso en que nos han metido. La reducción de libertades y derechos fundamentales es obvia: han tomado la famosa máxima absolutista de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo” y la han degradado más todavía si cabe en “nuestras migajas para el pueblo pero sin el pueblo”.

Nos han dejado totalmente al margen de cualquier decisión, pero cargan sobre nuestros hombros el “deber” de sacrificio con el fin de salir de una crisis generada por especuladores y políticos, ladrones que se llenan los bolsillos con dinero público para gastárselo impunemente en “trajes y cocaína”. Si la justicia fuera realmente justa, deberían tener lo que querían: un “traje de rayas” en cualquier cárcel.

Y ahora a cargar sobre la masa las consecuencias de los desfalcos: hay que trabajar más por un sueldo menor y sin quejarse ni protestar que la reforma laboral del gobierno (que, por cierto, rima con cinco) da total libertad para que la patronal ponga en la cola del paro a cualquier elemento desestabilizador.

Esa patronal que habla con total desprecio de los trabajadores, el verdadero factor de producción que genera sus ganancias. Nos acusan de absentismo y abuso de confianza cuando es obvio que los patrones nunca han actuado limpiamente en un mercado de trabajo que claramente les favorece: la oferta siempre es menor que la demanda.

Por si fuera poco, tenemos a las grandes multinacionales chantajeando para conseguir beneficios fiscales o trato de favor en detrimento de la ética laboral. Amenazan a gobiernos y trabajadores con traslados de factorías a países con mano de obra esclava si no se pasa por el aro. Explotar a la población de países tercermundistas o bajar salarios hasta el límite deja mucho margen en las ganancias empresariales, no te lo voy a negar, pero destruye el verdadero mercado de consumo: ¿quién va a comprar nada con los sueldos miserables que se ofrecen?

La cruz de esa moneda de permisividad y favores es la que soportamos los curritos y pequeñas empresas: subidas de la luz (cuando somos un país en el que se produce más energía eléctrica de la consumida), subidas del IVA, del IAE, de combustible, subidas de intereses… en fin, que parece que tengamos un gobierno viagra con tanta subida.

Pero lo peor de todo es que están creando una sociedad triste y atemorizada, con miedo a mantener sus derechos laborales por temor a los despidos inminentes e impunes, con miedo a salir a la calle a protestar por temor a ser criminalizados y desatar la orden de carga policial y, sobre todo, con miedo a que el “Estado del bienestar” se transforme en el “padre Estado” que esclavizó a media Europa.

Se le está dando demasiado poder al poder, se está concentrando en pocas manos y, encima, esas manos no parecen estar muy limpias.

Nos vemos.

martes, 17 de enero de 2012

lunes, 16 de enero de 2012

SIN PERDÓN

Ahí los tienes, míralos, como si no hubieran roto un plato, sonriendo ante las cámaras de los noticiarios cuando los pillan entrando a los juzgaos. Ahí están, con sus trajes de marca, sus coches de alta gama y sus cuentas en paraísos fiscales, bien guardadito su dinero para que el fisco no pueda encontrarlo, que lo de sacrificio y paciencia no va con ellos.

Mientras las gaviotas azules se lanzan contra nosotros con más saña que en la película de “Los pájaros”, recortándonos todo lo que dijeron que no iban a recortar y subiendo todo lo que dijeron que no iban a subir, ellos tan tranquilos, adoptando la postura del “ahí me las den todas” porque saben que no sentirán jamás el peso de la justicia.

¡Es que es para matarlos! No me digas a mí que con todo el sufrimiento que han generado sus desmanes financieros, sus robos descarados y tanta y tanta prevaricación no es para plantarse en la puerta del juzgado y descerrajarles un tiro en las tripas por chulos, por ladrones y por mentirosos. ¿Cómo iba a haber dinero en las arcas del Estado o de la Autonomía o del Ayuntamiento que sea si ya se encargaban ellos de que pasara directamente a sus bolsillos?

Y no se cortan un pelo, los tíos. Hasta el último momento negando evidencias aplastantes, defendiendo su inocencia incluso cuando se les dan a escuchar grabaciones telefónicas en las que explican muy bien a sus colegas de rapiña en qué van a gastar el dinero que nos roban a todos, planificando cómo será el próximo golpe a nuestra economía y prometiendo favores por un módico precio.

Han descubierto la cueva de Alí Baba: el braguetazo político y financiero para vivir sin dar un palo al agua.
Eso sí, son demócratas al cien por cien, no hacen distinción de partido, ni de punto geográfico -actúan en todas partes o, como diría nuestro Manolo Escobar: en “los cuatro puntos cardinales de mi España”- ni de clase social, que hasta el yerno del rey, que ya me dirás que necesidad tiene el hombre cuando le pagamos un dineral por “ser vos quién sois”, así, con reminiscencias medievales en pleno siglo XXI.

Se les va a juzgar con esos juicios interminables con el “si yo dije” o “si yo hice”, con el “yo no he sido” y el “he dimitido por mi partido, pero soy inocente”, y mientras pasan los días y los meses, miles de familias se quedan sin casa porque han sido despedidos de sus trabajos, millones tienen que mirar el céntimo por que han congelado los salarios y da gracias que no te lo rebajen. Así, va pasando el tiempo y nosotros tan enfrascados en apretarnos el cinturón y en aplicarnos gasas a la sangría vampírica a la que nos están sometiendo, nos vamos olvidando del tema, como ha sucedido siempre y es que la justicia no es tan ciega como la pintan, a veces sabe muy bien donde hacer la vista gorda.

Pero lo que tiene más delito es el silencio de las altas jerarquías de los partidos que se callan rezando para que la trama tal o cual no salga a la luz en vez de denunciar ellos mismos los desmanes de todos aquellos que vieron la luz sin pasar por el túnel.

Luego, cuando termine todo y nos hayan chupado hasta la última gota de sangre dirán, sin sonrojarse ni un poco, que nos han sacado de la crisis con su trabajo y dedicación y se largarán a sus retiros millonarios dejando la poltrona libre al relevo generacional de sus partidos. Y es que cuentan con nosotros, el resto de los mortales, pobres curritos que nos hemos sacrificado hasta el último aliento, porque creen que se lo vamos a permitir de nuevo, que nos mantendremos calladitos y quietos con nuestros cinco sentidos puestos en sobrevivir y en mantener el miserable status que nos permiten… sólo que puede que esta vez no lo permitamos y reclamemos políticos de otra pasta, aunque haya que romper el molde.
Nos vemos.