martes, 17 de febrero de 2009

SIN PERMISO - artículos en la WEB

El Papa y Berlusconi deberían haber dejado morir en paz a Eluana
Mary Warnock · · · · ·

15/02/09


La decana de la filosofía moral británica reflexiona sobre el caso Eluana.No es de sorprender que para llegar a un veredicto, según el cual debía permitirse morir a Eluana Englaro, los tribunales italianos se hayan tomado más tiempo del que le llevó a la Cámara de los Lores adoptar la misma decisión en el caso de Tony Bland en 1993. El entorno religioso es bastante diferente y en esas cuestiones de vida y muerte, la religión acaba desempeñando algún papel. Pero los casos eran muy parecidos. En ambos se trataba de jóvenes destrozados por accidentes. En ambos se había diagnosticado un estado vegetativo permanente, Englaro durante 17 años, nada menos, Bland durante sólo dos.

También en ambos casos, tanto la familia como los amigos deseaban que se les permitiera morir. En el caso de Bland, era la profesión médica la que sostenía que era su deber mantenerlo vivo. El tribunal de apelación falló, no obstante, que era legítimo retirar el tratamiento a un paciente cuando dicho tratamiento se demostraba inútil, es decir, cuando no aporta ningún beneficio, y que por tanto la nutrición e hidratación artificiales podría retirarse legalmente. El tribunal de apelación italiano se atuvo al final, presumiblemente, al mismo argumento. El Papa, en su intento de revocar el fallo, actuaba en nombre del principio de inviolabilidad de la vida, principio esencialmente religioso, ahondando en una dirección que convertiría a Italia en una teocracia en la que, si una ley no es aceptada por la religión, no es ley.

Pero, ¿qué decir de la paciente misma y de su familia? ¿Tiene tal fuerza moral el principio de que la vida es sagrada, esté o no consagrado en las leyes, como para invalidar todas las consideraciones de compasión o sentido común? Nadie negaría en Italia o Inglaterra ni en parte alguna del mundo civilizado que la vida humana tiene un inmenso valor, pero no hay aquí vida humana a menos que haya alguien que la viva. No es algo abstracto llamado Vida lo que valoramos, sino la gente que la vive y la disfruta. La vida no es nada si no es el ser vivida.

Cuando no hay esperanza de que un paciente siga viviendo su vida, deben sopesarse entonces otros valores contrapuestos al valor de esa vida, entre los que se encuentra el sufrimiento de sus familiares. La idea de que un hijo en ese estado pueda incluso sobrevivirnos se hace intolerable. Es esto lo que debe considerarse en la prolongación de un tratamiento inútil.

Y el carácter sagrado de la vida rara vez se invoca excepto en aquellos casos los que se contempla abreviar una vida lastimera. Los católicos creen que la vida de todo embrión es sagrada desde el momento de su concepción, pero no creen que ese principio haya de entrañar que no puedan librarse guerras justas en las que se pierdan muchas vidas humanas. Si la vida humana fuera realmente sagrada, sería como mínimo dudoso que se pudiera en rigor matar a alguien por miedo a que nos mate. La iglesia ha permitido durante mucho tiempo esas excepciones al principio de inviolabilidad. No se mantiene, por tanto, que puesto que la vida es un don de Dios, sólo a Dios le corresponde quitarla. Y si ese fuera un principio absoluto, ¿cuál sería la moralidad de prolongar la vida humana por medios médicos, cuando ha enviado Dios al ser humano un ataque cardíaco o una infección que de otro modo habría resultado mortal?

Podemos y debemos preservar la libertad religiosa. Podemos estar preparados para argumentar hasta el último aliento que la gente albergue las creencias que gusta y siga la práctica de su fe. Pero no debería imponerse la fe a quienes no la comparten. Por encima de todo, hay que resistirse a la teoría de que las creencias religiosas, por sólidamente que se mantengan, deberían tener preferencia ante la ley. La ley mantiene unida a la sociedad y, siendo humanos, debemos vivir en sociedad. Es de esperar que Italia siga siendo una sociedad humanitaria, además de humana.

Mary Warnock es una reconocida filósofa moral británica.

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón
sinpermiso electrónico se ofrece semanalmente de forma gratuita. No recibe ningún tipo de subvención pública ni privada, y su existencia sólo es posible gracias al trabajo voluntario de sus colaboradores y a las donaciones altruistas de sus lectores. Si le ha interesado este artículo, considere la posibilidad de contribuir al desarrollo de este proyecto político-cultural realizando una
DONACIÓN o haciendo una SUSCRIPCIÓN a la REVISTA SEMESTRAL impresa
The Observer, 8 febrero 2009

No hay comentarios: