domingo, 11 de enero de 2009

CUANDO DAVID SE CONVIRTIÓ EN GOLIAT O EL COLMO DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

"LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES LA VERDAD E INMEDIATAMENTE LUEGO... LOS INOCENTES"

Había una vez un pueblo errante que había sufrido durante mucho tiempo la persecución, la incomprensión y la indiferencia del mundo ante su petición de un territorio donde echar raíces y establecer su cultura.


¿Hablo de Israel o de Palestina? ¿De Palestina o de Israel?


Por eso es por lo que me resulta tan difícil entender lo que está pasando..., por que se supone que las semejanzas deberían unir a estos dos pueblos en vez de enfrentarlos.


No es una lucha justa.

Más que nadie el Estado de Israel, sin territorio definido hasta después de la Segunda Guerra Mundial, debería entender las peticiones del Estado Palestino, su derecho a un territorio, a la autodeterminación y a vivir en paz. Un pueblo como el sionista que ha sufrido en sus carnes la desmembración y la masacre debería "proteger" a sus vecinos Palestinos.


Pero la estupidez humana no tiene límites y en vez de eso Israel se dedica a reproducir todo el horror sufrido por su pueblo.

¿Cómo puede ser tan frágil la memoria humana? Guettos judios y campos de refugiados palestinos, muro de la vergüenza en Berlín y muro de la vergüenza en Gaza, camaras de gas y habitáculos de masacre.... niños judíos asesinados en los campos de concentración y niños palestinos asesinados en los campos de concentración... siempre son niños, sólo cambia el origen de su etnia y nadie tiene culpa de nacer donde nace...


Palestina grita y nadie escucha.... Israel es poderoso ahora.


Provocaron la Intifada... "piedras contra balas", y ya lo dice el dicho: Quien siembra vientos recoge tempestades.
La Intifada es un viento que no vencerá a los misiles israelíes, pero las tempestades se vislumbran en los ojos aterrorizados de los supervivientes que han visto su familia masacrada, su pueblo arrasado...


Deberíamos tener miedo, pero sobre todo, deberíamos gritar con ellos para que esto termine de una vez, ya hay demasiados niños muertos.

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