jueves, 25 de diciembre de 2008

LA NAUSEA DEL EXTRANJERO


Es terrible descubrir que existes... Al igual que todos los demás me arrastro por una vida sin sentido a la cual no busco explicación ninguna. Es un absurdo día a día que va minando mi consciencia y que me hace simplemente estar ahí, sin preguntarme por qué o para qué. Todos los proyectos se van desvaneciendo en la niebla que rodea todo, que lo cubre todo... que es todo.

La absurda idea de que somos especiales deja de tener sentido cuando borramos los colores con que el hombre adorna la vacía existencia: luces de colores, fantásticos e inexistentes seres que nos aman, filosofías trasnochadas que ciegan el entendimiento, que nos hacen creer que nuestra vida es importante. Estamos tan de paso que ni siquiera dejaremos huella.

La nausea del descubrimiento me invade y me transformo en un extranjero sumergido en mi propio entorno: nunca podré escapar de mí misma, de mis circunstancias, de mi propia vida.

Estoy aburrida de existir, de ser... de intentar ser. Cansada de gritar que soy un individuo olvidado por una sociedad que me ahoga en estúpidas leyes ininteligibles, que me impone una moral absurda y falsa, que me vende un futuro inexistente. Siento que ya no pertenezco a ninguna comunidad, porque ninguna comunidad me ha ofrecido nada nuevo que me impulse a sentir.

Si remuevo los fantasmas se me juzga por mi crimen de destapar la evidencia que se esconde tras el decorado. No importa, no me importa el juicio ni la sentencia, desprecio al jurado y al juez,
y como Meusault me gustaría pedir un último deseo:


"Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, no me queda más que desear en el día de mi ejecución la presencia de muchos espectadores que me acojan con gritos de odio."




3 comentarios:

Mariajo dijo...

Todos andamos en el corredor maldito, querida Lola.
Solo una petición.
Te importaría no dejarme sola en la celda??
Nunca supe jugar sola a los solitarios.

Anónimo dijo...

No son buenos tantos pensamientos negativos,cada dia te bloquean mas y se convierten en la cadena que te ahoga...me gustaria poder entrar en tu celda y sacarte..aun en contra de tu voluntad,para demostrarte que no te puedes rendir a la primera de cambio. Tienes que luchar,si no puedes sola, pide ayuda,pero lucha... SI NO ES POR RAZONES...

Perséfone dijo...

¿De verdad crees que serviría de algo luchar? ¿cuál es mi cadena y cuál mi celda? A pesar de todo, gracias por preocuparte, Anónimo.